domingo, 14 de abril de 2013

Historia antigua I

Hace mucho tiempo, en una tierra muy, muy lejana...
...un crío de 12 años empezaba con la informática: acababan de regalarle un 486 a 66Mhz, con 16Mb de RAM, un disco duro de 600Mb, SoundBlaster 16, CD Creative x4 y una tarjeta gráfica capaz de mostrar 256 colores a 320x240 o 16 colores a 640x480. Que nadie se asombre: ya era viejo por aquel entonces. Costó 25.000 ptas. de segunda mano (unos 150€ de hoy día, si olvidamos la inflación).
Lo gracioso es que este crío, aunque no despreciaba alguna partida ocasional al Doom, se pasaba los días enteros trasteando la configuración del Windows y el comando "Help" de MS-DOS. Ahí descubrió los temas, el ScanDisk, el Defrag y los archivos *.bat, entre otras cosas.

Años después consiguió (también de segunda mano) un Pentium a 200Mhz con 32Mb de RAM, disco de 3Gb y una gráfica un poco mejor... aunque no mucho mejor.
Por esa época aumentó la curiosidad de nuestro intrépido cuatro ojos, aprendiendo algo más sobre hardware, fundamentos de la Informática, Historia, etc... y cuando oyó hablar por primera vez de Linux en una extraña revista llamada @rroba, que poco se parecía a las PC Actual y similares que todos conocían.
Pero sin dinero, sin Internet y sin nadie que compartiera su afición era difícil hincarle el diente a tan extraño concepto. ¡Un ordenador sin MS-DOS ni Windows!

Pasaron los años, aquel ordenador acabó jubilado por fuerza mayor y no hubo reemplazo hasta mucho después.

Aquel chaval, ya "adulto" y aún sin trabajo, se metió en un cursillo gratuito del Inem para aprender diseño y programación web con la esperanza de tener algo a lo que dedicarse, pero necesitaba un PC con el que practicar en casa, así que, ni corto ni perezoso, recorrió toda la ciudad de Barcelona buscando ordenadores tirados en los contenedores, conocedor de que siempre hay algún desaprensivo que ignora la existencia de "puntos limpios" y del mercado de segunda mano.
A base de piezas de unos y otros cacharros consiguió montarse un bonito AMD K6 a 300Mhz (el equivalente a un Pentium II) con 128Mb de RAM, disco de 10 Gb (del que sólo se podía acceder a 8Gb, ya que el disco estaba bastante dañado), SoundBlaster 16, regrabadora de CDs x1x4x48 y hasta dos puertos USB 1.1, todo montado sobre una placa base diseñada para servidores dentro de una torre de tamaño familiar. Ahí fue donde aprendió realmente de hardware.
Este ordenador estuvo completamente operativo y constantemente actualizado aproximadamente entre 2003 y 2008. De hecho su primer disco duro apenas tenía 800Mb (procedente de un 486) mientras que el último tenía la friolera de 30Gb (una vez más, con sólo 22Gb operativas), su última tarjeta gráfica fue una ATI Rage 128 y su última tarjeta de sonido una SounBlaste Live 24bit 5.1. ¡Casi nada!
También fue en esa época cuando encontró una distribución Linux completa en una revista; sin ser ni mucho menos rico, consideró que sus 5 eurillos sí se podría gastar, así que la compró, la instaló en su "FrankenPecé" y descubrió el mundo Mandrake. Probó KDE, Gnome, K3b, XMMS... Aprendió algunos comandos de consola (hasta consiguió grabar su primer CD desde línea de comandos, CD que aún conserva), vio por primera vez cómo funciona un sistema de archivos que empieza en / y que alberga los discos dentro de un directorio en lugar de ser al revés, comprobó que una instalación no tiene por qué ser larga, tediosa y llena de interrupciones, experimentó una sesión de varios días sin reiniciar el sistema sin la más mínima inestabilidad...

Y se mudó a otra ciudad a estudiar. Dejó el trabajo, la familia, los amigos y también a aquel amado cacharro que tanto había trasteado y al que conocía tan bien.
No fue hasta dos años después de empezar os estudios cuando le cayó en gracia un modernísimo portátil marca HP, sin estrenar (el primero), con un Intel Core2Duo @1,83Ghz (¡¡Ghz!!) y 2Gb de RAM (¡¡2048Mb!!), ademas de una gráfica nVidia GeForce 8600M/GS... y Windows Vista preinstalado.
Obviamente el ordenador era para usarlo en la carrera, una muy técnica que requiere un ordenador portátil sí o sí (es obligatorio llevarlo a algunas clases) pero que no esta relacionada con la informática. Ya que hay que usar muchos programas exclusivos de Windows y que tener el PC parado más de 2 días puede suponer suspender una o más asignaturas, Linux quedó relegado una vez más al olvido.

Hasta aquí la historia de nuestro frustrado amigo (uséase: yo mismo). El próximo episodio será "preparando las maletas", en el que hablaremos de cómo uno puede ir adaptándose a Linux desde Windows sin pegarse el trastazo padre nada más llegar.
¡Hasta más ver!

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